1. Infórmate, no inviertas en lo que no entiendes
De cara a realizar una correcta inversión, es muy importante tener conocimientos acerca del tema. De lo contrario, las posibilidades de que salga bien y comiences a obtener beneficios, será muy baja.
Para comenzar invirtiendo debes realizar una investigación del mercado actual y de cara al futuro. Así evitarás cometer fallos y podrás hacer frente a los problemas que puedan ir surgiendo. También es importante que conozcas el significado de invertir y lo que supone. El significado de invertir es: “Una cantidad de dinero que destinas con la expectativa de obtener un beneficio”.
2. Define objetivos para tu inversión
Cuando comienzas una inversión es muy importante fijar unos objetivos.
Si no fijamos unos objetivos, va a ser muy complicado que consigamos resultados, ya que siempre vamos a estar esperando obtener un beneficio y nunca nos centraremos en la cantidad exacta que queremos conseguir. Por ejemplo, poner como objetivo duplicar la cantidad invertida en un cierto tiempo.
Conoce tus opciones: ¿cuáles son los productos de inversión a tu disposición?
A la hora de invertir, encontrarás varios tipos de productos en los que invertir. Dependiendo de cuál elijas, obtendrás mayor o menor beneficio, pero también asumirás más o menos riesgo.
A continuación, te contamos algunos de los productos por los cuales podrías comenzar a invertir:
Acciones: son pequeñas participaciones que compramos de una empresa. Pueden variar su precio en cuestión de minutos. Es una inversión muy arriesgada y a largo plazo.
Fondos de inversión: intentan maximizar la rentabilidad, lo que supone un incremento del riesgo bastante importante.
Renta variable: a corto plazo puede dar pérdidas dependiendo de los mercados financieros, sin embargo, a largo plazo suelen dar beneficios.
Productos inmobiliarios: son arriesgados y suponen bastante gasto, ya que debes de pagar impuestos, comunidad, etc. Hay riesgos de que la persona que lo arrienda no pague correctamente sus mensualidades. Además, también pueden variar su precio con el paso del tiempo.
4. Construye una base económica de la que partir
Cuándo quieres invertir, la gran mayoría de las veces se hace con un capital disponible. Esa cantidad de dinero que decidas disponer para realizar la inversión, debes de tener en cuenta, que no existe. Es decir, que no puedes contar con ese dinero, ya que en el caso en el que lo necesitarás en un futuro, podría verse afectada la inversión. Si consigues una cantidad de ahorro bastante alta, podrás comenzar a invertirla. Asimismo, podrías replantearte si quieres dividir esa cantidad, e invertir en varios productos.
5. Observa el mercado
El mercado se encuentra en un constante cambio, es decir, nunca sabes a ciencia cierta lo que va a poder suceder, por ello, debes investigar mucho e intentar disminuir el riesgo lo máximo posible. Es aconsejable que te informes y actualices a través de libros, noticias, etc. Te puede ayudar a conocer mejor la posición en la que se encuentra el mercado. Y, sobre todo, que estés constantemente al día de todo lo que sucede, para poder actuar a tiempo.
6. Conoce los riesgos de tu inversión
Cuando decides lanzarte a realizar una inversión, debes saber que correrás riesgos. Dependiendo del producto en el que inviertas, podrás tener una mayor o menor amenaza. Para evitar al máximo este tipo de inconvenientes, es aconsejable que conozcas mucho la inversión que vas a realizar, que observes el mercado para poder anteponerse a los cambios que pueda tener. Piensa que cuanto más conozcas los riesgos, y antes puedas solventarlos, aumentará tu posibilidad de obtener un beneficio mayor y de haber realizado una correcta inversión.