Más que un logo, es un estatus.

La frase “de la vista nace el amor” tiene un sin fin de connotaciones y realidades independiente al tema del amor. 

Nos sucede con frecuencia en la vida diaria: cuando vamos al supermercado y compramos los productos de nuestra despensa que estén mejor cuidados o con mejor presentación; cuando elegimos qué ropa ponernos día con día; al ver el menú en un restaurante eliges la comida que más te parezca apetente; entre otras muchas situaciones de la vida diaria. 

Esto también sucede con los logos. Las empresas deben tener un símbolo con el que puedan identificarse y sobre todo que los usuarios puedan identificarlas y no solo eso, que puedan elegir esta empresa sobre a las demás, este es el caso de empresas como Apple, Nike, McDonald 's, etc. los usuarios identifican su logo fácilmente, incluso si no se encuentra cerca de algo relacionado con la marca. 

Para lograr este efecto con el logo se requiere de diferentes programas para diseñar el símbolo perfecto, elegir el color adecuado y las variaciones para cada uso. Llega a ser algo complicado que conlleva todo un proceso.

Los logos de las grandes marcas han pasado por diferentes procesos, por ejemplo al principio el logo de Burger King era un rey sentado en una hamburguesa y con un gran refresco en la mano, se adaptó a la hamburguesa que ahora conocemos. Los logos también tienen que adaptarse a la época, MercadoLibre cambió su logo debido a la pandemia por coronavirus, pasó de ser un saludo de mano a un saludo de codos.

Pero algo que siempre debe estar presente en los logos es la estética, que sean agradables a la vista sin importar los cambios y adaptaciones que tengan que sufrir. Un punto esencial es que siempre sean atractivos porque es importante que de la vista nazca el amor.